Allá atrás queda la infancia, pero no teman, no teman porque lo que se abre ahora es un tiempo de caminos nuevos, de mapas, de colectivos y de "mamá, papá no tnés monedas que me quedé son cambio?"
Entonces:
-Sujeten la brújula con una mano, tomen con dos dedos de la otra la esfera donde se ve la rosa de los vientos y busquen el Norte. Verán que se abre otro espacio, nuevas puertas, sonrientes caras desconocidas. No estrán solos, avancen... no tengan miedo.
-Una vez seguros del rumbo buscado, elijan en cada esquina el punto cardinal que les sea más propicio, el que los haga sentir mejor y más felices.
-No olviden construir mapas y señalar recorridos para que otros, aquellos con los que quieren compartir el camino, los encuentren fácilmente.